Un joven deportista americano está obsesionado con el sexo. Lo que más le gusta es meter sus manos, su lengua y su polla en unos tíos suaves y pasivos y convertirlos en adictos a la polla. Los acaricia suavemente, pulsando los botones adecuados hasta que le suplican que se los folle duro. Aquí está en acción.