Estos dos gatitos gay versátiles son adictos el uno al otro y les encanta follarse en todo tipo de posiciones. Son perfectamente ruidosos durante el sexo. Porque, al fin y al cabo, ¿qué puede ser más excitante que el sonido de una boca trabajando, recorriendo el cuerpo de arriba abajo, ahuecando la polla, el sonido de los gemidos cuando la polla empieza a abrirse camino por el culo, las nalgas golpeándose? Uno tras otro, se chupan, se toman y se corren sin impedimentos, siendo lo más expresivos posible.