Dos jóvenes alborotadores están siendo detenidos. Mientras el supervisor está fuera, los chicos empiezan a follar y cuando vuelve, le gusta lo que ve y decide unirse. Los dos estudiantes se convierten en sus perras personales, dedicadas al placer de su polla.
Después de años de ser el chico malo de la escuela, un joven pícaro descubre su verdadera naturaleza. Mientras está detenido, un supervisor decide hacer que se someta a su polla. Pronto se da cuenta de lo mucho que le gusta obedecer y coger la polla. ¡Buen chico!
Le habían dicho que no fumara. Pero este jovencito desobedeció y se escondió en los baños para fumar. Será recortado por una joven escoria. Y no se va a reír en absoluto: el tipo lo duroiza y lo trata instantáneamente como sumiso, degradándolo virulentamente antes de tomar posesión de sus agujeros en un verdadero macho. Lo hará girar, lo hará gritar y descargará su coño sin piedad.