A los 25 años, este pequeño francés es ahora ordenado. Está en una pareja con otro chico, encantador, fiel, de buena clase y chic. Tienen una vida normal, una sexualidad normal. Pero desde hace algún tiempo, mientras duerme, el gatito está abrumado por los recuerdos de su vida de soltero. Una época decadente en la que se juntaba con dos maduros y dominantes trabajadores. Los tipos solían llevarlo a la naturaleza y follarlo hasta la muerte como una perra, sin ninguna restricción, convirtiéndolo en un vulgar y esclavo chiflado. Nunca lo olvidará, amaba tanto. Recuerdos duros y cálidos que le dan una erección y le recuerdan que no importa lo que haga, en el fondo seguirá siendo su pequeña perra.