Este daddy gay es encantador, sonriente pero sobre todo muy sumiso y obediente. Cuando conoce a un treintañero varonil y alfa, se ocupa naturalmente de sus pies y de su polla. Le encanta tocar los dedos de los pies, lamerlos tanto como chupar una polla y tomarla en el culo de su experimentado trasero. El tío de arriba está de enhorabuena.