Este joven con pinta de chico malo reprime su homosexualidad y cada vez tiene más dificultades para luchar contra su deseo de polla. Coge discretamente una revista gay y se masturba en un cobertizo. La vista de grandes pollas le abre el apetito y se acaricia, pensando en todas esas pollas que le gustaría tener en sus agujeros de jovencito necesitado.