Jesse Evans conoció a Richard Hicks en un bar e inmediatamente quiso hacer uso de ese cuerpo caliente. Richard le propuso ir a un lugar privado. Le llevó a su piso e inmediatamente empezaron a besarse en su cama. Ambos se pusieron tan cachondos que no veían la hora de estar el uno dentro del otro. Richard le bajó la ropa y se puso a chuparle la polla con tanta destreza. ¡Jesse le devolvio el favor mamandola muy bien antes de que el chico se agachara y esperara a que le rompiera el culo ! Jesse se lo folló a lo misionero y a lo perrito antes de esparcirle su semen por todo el vientre.