El guapo Nathan Reyes lleva unos días deseando a su nuevo compañero de piso, pero finalmente no puede contenerse más. Ver a Bjorn Nykvist durmiendo la siesta con los calzoncillos desabrochados es el tipo de invitación que no puede rechazar. Despierta al joven colgado con la sensación de su codiciosa polla chupando la boca alrededor de su carne liberada, sorbiendo su punta encapuchada y bebiendo el claro precum que rezuma. Bjorn está feliz por la compañía, pronto listo para devolver el amistoso favor. Con una polla como la de Bjorn es justo que Nathan exija esa polla en su agujero a pelo, algo que su compañero de cuarto está más que feliz de proporcionar, acurrucando al chico, follándolo profundamente desde atrás y dándole un paseo de rebote en su increíble carne rosa. Por fin, Nathan recibe la carga que quiere en su cara y se corre con su propia grasa jugosa, terminando su primer polvo, que sin duda no será el último.