En el banco de la mesa de la cocina...
Un delgado y juvenil y su compañero de balancín entintado se ven muy diferentes con su equipo puesto, pero tienen pollas casi idénticas, y después de que una fuerte mamada las haya hecho igual de rígidas, es sólo un caso de quién se lleva la carne en blanco por su estrecho agujero. El pequeño se agacha y es tocado poderosamente por detrás.