Es tarde por la noche y los chicos se han tomado unos refrescos en un club. Casi todo el mundo ha abandonado la sección VIP y se están poniendo muy cachondos. Empiezan a besarse y a tocarse. Sus jóvenes pollas empujan con virilidad contra sus ajustados vaqueros, muriéndose por salir para ser utilizadas. Uno de ellos es sumiso y, naturalmente, cede sus agujeros a los demás...